miércoles, 5 de octubre de 2011

Visita inesperada-Primera Parte


-Que miras?- le dije a Magali que me miraba fijamente desde el otro lado de la ventana, que oscura por la noche le daba un toque terrorífico a su pálida silueta moldeada por aquel suelto vestido blanco que estaba usando.
-Nada, es que me divierte verte haciendo cosas de vivos- dijo con su suave voz mientras atravesaba el vidrio de la ventana que había en la habitación que compartía con mi hermana en la nueva casa en la estaba viviendo.
Levante mi cuerpo que había estado recostado todo este tiempo sobre la cama, y interesada observe las marcas que me dejo mi cuaderno de Matemáticas al haberme apoyado sobre el tanto tiempo sin cambiar de posición siquiera. En mi blanca piel, no tanto como la de mi visitante pero igual muy blanca, se podían ver ligeras rayas de color rojizo.
-Sabes, no se porque pero esta casa no me gusta mucho- dijo mientras se sentaba en la cama que estaba a la derecha de la mía junto a la ventana, hay donde dormía siempre mi hermana, había veces en que me preguntaba si se asustaría si le dijera que normalmente mi amiga fantasma se solía acostar y/o sentar en ella. Sin desviar la mirada de su dirección solté un resoplido.
-Nadie te esta obligando a que te quedes, puedes volver a la otra- dije mientras miraba mis cuadernos que tirados sobre la cama estaban abiertos unos sobre otros. Odiaba la época de exámenes era simplemente estresante tener que estudiar tantas cosas. Escuche un suspiro de cansancio del otro lado de la habitación y como estaba sola, (bueno casi sola) en la casa puesto que mi perro Charlie estaba en la planta baja. Dudo mucho que los perros puedan soltar suspiros y si lo hacen nunca escuche ninguno. La única que quedaba era mi muerta y tranparente amiga.
-En realidad lo digo por los vecinos, además el barrio es muy aburrido, el único lugar divertido es tu habitación o cuando me puedo pasear por la escuela y deja de decir eso sabes que no puedo separarme de ti-murmuro como si estuviera diciendo algo por decima vez, su blancuzco vestido floto cuando se levanto de la cama para ponerse frente mío y con una de sus manos echar todo lo que tenia sobre la cama.
-Oye!! Lo tengo que estudiar para mañana!!- reclame, mientras me levantaba y juntaba todos mis cuadernos del piso, para volver a colocarlos en una pila sobre la cama. Mire molesta a la chica que ahora reía divertida, tapándose la boca, yo fruncí el ceño para decirle casi gruñirle un “no es gracioso”
-Es por que no lo ves desde mi perspectiva, Spufy- dijo en modo de burla, estiro su mano de forma que quedo rozando mi esponjado cabello, como solía hacer durante las clases para distraerme o simplemente hacer que mi cabello se parara en me dio de la nada. Al escuchar ese sobre nombre mi cara se puso roja y caliente, no sabia si era de la rabia o de la vergüenza.
-No me digas Spufy, sabes que no me gusta que me digan así- le gruñí mientras le tiraba un libro haciendo que la atravesará y que le libro callera sobre la cama, escuche su risa cristalina mientras volvía a formarse. Primero como humo blanco que luego iba tomando tamaño hasta convertirse en una forma humana.
-Oye, si bien que no te molestaba cuando te lo decía An…
-Cállate- ordene sintiendo mi cara más caliente que antes, había veces en que parecía que a mi amiga le gustaba ponerme en situaciones vergonzosas para ver que tan roja me ponía.
-Vamos, te gustaba que en Renacimiento, Anthony te dijera Spufy, si el te lo decía dejabas que todos los demás lo dijeran-al escucharla decir eso metí mi cara en mi libro de Ciencias esperando así poder desaparecer.
Mientras tenia una pelea-amistosa con mi amiga, las ventanas que antes estaban cerradas se abrieron de golpe, haciendo entrar el frio viento de invierno. Un escalofrió recorrió mi cuerpo, no sabia si por frio o por miedo. Con mi cara más pálida de la normal y con el miedo que sentía, mire a mi amiga que miraba la ventana de forma seria.
-Dime que has sido tu- dije mientras me levantaba para intentar cerrar la ventana, pero esta casi con vida propia se resistía a ser cerrada, como si estuviera siendo sujetada por otra persona desde afuera. En un instante me sentí rodada por un cuerpo frio, algo estaba tras de mi. La cosa recostó su cabeza en mi hombro y soltó el aire contenido que rozo mi cuello en una caricia macabra y fría, haciendo que mi cuerpo se congelara en su lugar y un sentimiento de pánico se esparciera por todo los lugares a mi alrededor.
-No la toques ella es mi “viva”-dijo Magali mientras se acercaba asía mi, con un caminar lento pero seguro además de demandante. Con sus brazos cruzados se planto de tras de la cosa, este se separo de mi lentamente como esperando algo que haga que mi amiga bajara la defensa de hierro que había puesto a su alrededor.
-Como lo sabes, la puedo tomar si quiero, además eres solo una translucida- se hoyo el murmuro masculino que soltó el recién conocido e indeseado invitado. Me gire para encarar a un muchacho, igual de pálido que mi amiga, con ropa blanca que consistía en unos pantalones babuchas y una camisa abierta hasta el ombligo igual de blanca que sus pantalones. Su cabello rubio ceniza y sus ojos rojos que mi miraban fijamente.- No podrás conmigo soy un semi-vivo, con un solo movimiento puedo acabar contigo translucida.
Su pálida mano se levanto y rozo mi mejilla. Sus dedos estaban helados, como si hubiera rozado cubitos de hielo. Sonrió para ahora en vez de rozar mi mejilla cubrirla con su palma, me mantuve quieta sintiendo que cada vez mi cuerpo se entumecía más, lo siguiente paso muy rápido....